LOS TIPOS SE MANTENDRÁN "DURANTE UN PERIODO PROLONGADO"

El BCE reduce la compra mensual de deuda a 30.000 millones y mantiene los tipos en el 0%

BCE
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi (Foto: GETTY).

El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado una reducción del volumen mensual de activos (deuda pública y bonos corporativos) que adquiere en los mercados, situando el importe en 30.000 millones de euros, frente a los 60.000 millones actuales. De esta forma el organismo que preside Mario Draghi comienza paulatinamente la retirada de estímulos, aunque la primera subida de tipos de interés no se producirá ni en el corto ni en el medio plazo.

En concreto, el BCE ha decidido mantener sin cambios el tipo de interés de referencia en el mínimo histórico del 0%, un nivel que se mantendrá «durante un periodo prolongado y mucho más allá del horizonte de las compras de activos netos».

Por su parte el tipo aplicado a la «facilidad de depósito» sigue en el -0,4%. Esto supone que las entidades financieras tendrán que seguir pagando un interés al banco central por depositar su dinero en el balance de la entidad europea. Aunque se había especulado con la posibilidad de que el BCE redujera esta tasa el consejo de gobierno ha preferido no realizar modificaciones.

Volviendo al programa de compra de activos, el BCE confirma que aplaza su extensión al menos hasta septiembre de 2018. Cuando comience el próximo año el organismo monetario reducirá el volumen de compras mensuales a los citados 30.000 millones. El banco central ha precisado que este plan de estímulos se mantendrá «más allá de esta fecha si fuera necesario, y en cualquier caso hasta que el consejo de gobierno vea un ajuste sostenido en la trayectoria de la inflación consistente con su objetivo de inflación» que es del 2%. En la actualidad la tasa está en el 1,5%.

El programa de compra de activos del BCE ha permitido a los países europeos elevar su endeudamiento a menor coste, retrasando las necesarias reformas que es necesario aprobar en las etapas de crecimiento para reducir los déficits estructurales, que se traducen en unos gastos públicos mayores que los ingresos de forma recurrente. España es un ejemplo de ello, ya que a pesar de crecer por encima del 3% no es capaz de cuadrar sus cuentas públicas y la deuda roza el 100% del PIB.

Además, el denominado programa de expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) ha rebajado artificialmente el coste de financiación de las grandes empresas.

Esta manipulación del mercado de renta fija ha alimentado la creación de una nueva burbuja que ahora es difícil pinchar. En Estados Unidos el repliegue ha comenzado, con una leve subida de tipos de la Reserva Federal tras la crisis y la intención de reducir su balance, pero en Europa la retirada de estímulos (el conocido como tapering) se va aplazando.

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